Escuela de hipopótamos

Él estaba tan contento con su plantita partida en dos, custodiada por sus pequeñas y frías manos. Siempre frías. Principito, ¿qué tienes ahí?, le pregunté. Una planta de aloe vera que he encontrado, dijo sonriente. Es una planta que lo cura todo. Yo miré el tesoro que decía poseer y vi claramente que no era una aloe vera sino una judía y que no curaría ninguno de sus males. No le contradije, pues no quería quitarle la ilusión y la alegría en sus ojos. Pero creo, sinceramente, que poco hubiera importado eso. Su ventura no estaba entre sus dedos.    Sabes, mi padre vuelve hoy a casa, me repitió por cuarta vez en aquel día. Y la frase, en sus finos labios, se convertía en sentencia y el Principito se convertía en más Principito para mí.  

El haiku es un poema de origen japonés formado, según la tradición, por tres versos de 5, 7 y 5 sílabas respectivamente y carente de rima. Poema breve de diecisiete sílabas cuya inspiración proviene de la naturaleza, evocándola en cualquiera de sus manifestaciones e, incluso, refiriéndose de manera directa o indirecta a una estación del año.  Personalmente, el haiku, me parece un tipo de poema ideal para trabajar en el aula y acercar la poesía a los niños y niñas con independencia de la edad que tengan en ese momento (de hecho, yo misma soy alumna en un taller de métrica en el que una parte está dedicado a la escritura de haikus).  El alumnado del tercer ciclo de primaria fácilmente domina las reglas de la métrica (sinalefas, conteo de sílabas, suma o resta de sílabas según la última palabra...) y con pocas indicaciones técnicas pueden sumergirse en la creación poética.  Los niños y niñas más pequeños, como mi alumnado de este año (1º de primaria), necesitan ayuda como, por ejemplo, en