Qué ocurriría si...
Comienza un
nuevo curso y Escuela de Hipopótamos abre sus puertas con historias divertidas
y muy creativas. Estos grandes hipopótamos ya están preparados para contar todas
las experiencias que se vayan realizando en el aula a lo largo de este curso
escolar. ¡Comenzamos!
¿Qué ocurriría si…?
El genial
Gianni Rodari, en su libro Gramática de la fantasía, nos muestra una
serie de técnicas para ayudar a los niños a inventar sus propias historias. La
de las “hipótesis fantásticas” es una técnica sencilla en la que se eligen al
azar un sujeto y un predicado formulando inicialmente la pregunta: Qué
ocurriría si…
—¿Qué
ocurriría si un cocodrilo llamase a vuestra puerta pidiendo un poco de romero?
—¿Qué
ocurriría si vuestro ascensor bajase hasta el centro de la tierra o subiese
hasta la luna?
Dice Gianni
Rodari:
“También con los chicos ocurre que la
diversión mayor se revela en el acto de formular las preguntas más graciosas y
sorprendentes: precisamente porque el trabajo sucesivo, o sea el desarrollo del
tema, no es más que la aplicación y el desarrollo de un descubrimiento ya
producido.”
“Estamos en
el uso de la fantasía para establecer una relación activa con lo real. El mundo
puede ser mirado desde la altura de un hombre, pero también desde lo alto de
una nube (con los aviones es fácil). En la realidad, se puede entrar por la
puerta principal o introducirse —es más divertido— por un ventanuco.”
Los
hipopótamos se pusieron manos a la obra y crearon sus propias hipótesis
fantásticas con sus correspondientes historias. Aquí dejo algunas de las más
interesantes.
¿Qué ocurriría si decimos una cosa y es lo contrario?
Había una vez una ciudad donde todo era al revés. Un
día se encontraron dos amigos y dice uno:
— ¡Adiós!
Y el otro dice:
—No tengo un hijo.
—¿Y cómo no se llama?
—No se llama Franco.
—Yo no tengo una perrita y no se llama Lara.
—Los edificios no son altos —dice uno.
—¡Qué charco tan feo! —dice el otro.
—No lo siento, no me tengo que ir al instituto y no
tengo que dar clases de mates. ¡Hola!
— Mi mujer no me está esperando. ¡Hola!
Esta historia disparatada de la hipo Irene G. parece
propia del Nonsense porque juega hábilmente con las palabras para escribir este
absurdo diálogo de contrarios.
¿Qué ocurriría si el mundo fuera al revés?
Los
pequeños serían mayores y los mayores serían pequeños, estaríamos en el
instituto y los mayores en el colegio, las cebras se comerían a los leones y
los conejos, canguros y ranas no saltarían, Sancho Panza no estaría gordo y Don
Quijote sí, el verano sería invierno y el invierno verano, el bombo sería una
flauta y la flauta un bombo, el guepardo no sería el animal más rápido del
mundo y el caracol sí, la hormiga sería más grande que el elefante y el
elefante más pequeño, el fútbol se jugaría con las manos y el balonmano con los
pies.
El hipo Pau se acuerda hasta de Sancho Panza y Don
Quijote en su mundo al revés. Hay que destacar la bonita ilustración que le ha
hecho su amigo, el hipo Mateo.
¿Qué ocurriría si la Tierra se enfrentase a Saturno?
Saturno tira un meteorito a la Tierra y lo esquiva
9.999.999.999.000.000 veces. Así estuvieron hasta que se cansaron, se
perdonaron, se abrazaron pero… explotaron al chocarse.
Este microrrelato del hipo Lucas tiene un final muy
catastrófico pero, claro, ¿qué otra cosa puede ocurrir cuando dos planetas se
abrazan? Por cierto, ¿quién es el valiente que se atreve a leer el número?
¿Qué ocurriría si nos cortáramos el pelo y nos creciera en un segundo?
Unos niños
de dieciocho años se fueron de viaje pero había uno de ellos que era mágico
porque tenía el pelo de 1.000.000.000.000.000 kilómetros de largo. Lo llevaba
en los bolsillos y siempre tenía que llevar las tijeras encima. Cuando intentaron
arrancar el coche no pudieron porque el pelo se les había enredado en el motor.
Así que no pudieron ir de viaje.
A la hipo
Laura también le gustan los números grandes y ¡los pelos largos!
Y después de
estas historias tan graciosas y ocurrentes queda demostrado que esta pandilla
de hipopótamos son de los que ven el mundo desde lo alto de una nube.
Siempre estoy en las nubes, Chuwy |
Comentarios
Publicar un comentario